Tenemos el gusto de comunicaros que ya está instalada la PRIMERA ÁREA DE COMPOSTAJE COMUNITARIO en la C/Arequipa (a la salida de metro «Mar de Cristal»),
Mes: noviembre 2016
MERCADILLO PARTICIPATIVO antes de Navidad
Este año volvemos a celebrar el MERCADILLO PARTICIPATIVO, junto con el AMPA del C.P Luis Cernuda y la AV de Canillas, el DOMINGO 4 de Diciembre, en el C.P Luis Cernuda (C/Carril del Conde, 64)
–aportando objetos, productos, artículos (libros, dulces caseros, ropa, artesanía, cosmética ecológica…..) que estén en buen estado y que ya no utilicéis. En definitiva, todo aquello que se os ocurra que podeis aportar al Mercadillo y que se pueda vender. El material que tengáis lo podéis llevar al C.P Luis Cernuda (de lunes a viernes de 9:00 a 10:00 y de 16:00 a 17:00 horas. Los domingos de 11:30 a 14:00). También podéis contactar con nosotras llamando al 651 76 65 35 (Ángel) o al 687 244 389 (Mar).Si quereis participar en este Mercadillo, mándanos un correo a compostajecomunitariohtz@gmail.com
MUCHAS GRACIAS.
CREA TU PROPIO MINI-HUERTO
Hoy ha sido un día precioso para nosotras:
Mañana, domingo 20, convocamos a los vecinas y vecinas para cambiar nuestro entorno y crear mini-huertos en las jardineras abandonadas del «Paseo del Colesterol», pero los vecinos no podían esperar más. Estaban deseando que apareciera una iniciativa como esta.
Hoy sábado, quedamos el Grupo de Compostaje Comunitario para preparar las jardineras, mover la tierra, añadir sustrato nuevo y mezclarlo con compost.
Nada más coger las azadillas, se ha acercado a nosotras un vecino, Benito, que en su pueblo antes tenía una parcela que cultivaba, pero que ahora no podía porque le habían operado de una cadera. A él le encantaría poder tener su huertecillo. En seguida nos ponemos manos a la obra: él no puede cavar, pero nosotras sí; nosotras no sabemos cómo plantar, pero él sí; y entre todas lo podemos cuidar.
Cuando Benito acabó de transplantar sus plantones en sus tres jardineras (alcachofas, coles, apios, adelfas y romeros), se acercó a las jardineras de al lado, dónde dos niñas, Nerea y Ariadna, creaban su mini-huerto, para enseñarlas que tenían que plantar su coles más separadas porque si no no tendrían espacio para crecer. En estas jardineras, 3 generaciones de vecinos, hasta entonces desconocidos, aprendieron y trabajaron juntos por algo común, por mejorar su entorno.
Otros vecinos se acercaban y decían que lo que estabamos haciendo no servía para nada porque lo iban a destrozar. Queremos agradecer a todos aquellos vecinos que hoy se han acercado y han creado su mini-huerto. Queremos darles las gracias por seguir creyendo en la posibilidad de mejorar el mundo en el que vivimos y actúar en consecuencia.
No importa si dentro de unos días se han llevado las alcachofas o han roto algún huertecillo, lo verdaderamente importante es que se crean situaciones en las que los vecinos hablemos, nos relacionemos, nos conozcamos, aprendamos unos de otros, y todo ello a través de un nexo tan importante de unión: el contacto con la naturaleza.
Mañana, si no llueve, volveremos a estar allí, crearemos mini-huertos y seguiremos creando Red.
INICIO DE LAS OBRAS DE INSTALACIÓN DEL PRIMER ÁREA DE COMPOSTAJE COMUNITARIO, EN HORTALEZA
«Escenas de compostaje urbano».
Artículo publicado en «La Ballena Blanca», revista de medio ambiente y economía, nº8.
“Rincón Utopía” reza el cartel de colores, inyectando luz al ángulo más oculto y umbrío del colegio público Luis Cernuda, de Madrid. La declaración de intenciones pintada sobre una rudimentaria puerta de madera da acceso a una franja de tierra de 3 metros de ancho por 15 de largo encajada entre el edificio escolar y los barrotes de hierro que dan a la calle. Rescatada de la insignificancia hace apenas unos meses, sorprende ahora mostrando tiestos con plantas aromáticas y seis pequeños bancales cultivados. “Uno por cada curso de primaria”, explica Ángel Callejo, miembro del asociación de padres y madres de alumnos de la escuela, y también miembro del Grupo de Compostaje comunitario del barrio madrileño de Hortaleza. Su entusiasmo atrapa y deja traslucir que es el alma máter de la iniciativa. Ángel tiene un hijo en primer curso al que se adivina la misma energía vital.
- “Gorka, dile a estos señores con qué se hace el compost”, le reclama Ángel mientras el chaval corre por el patio con sus compañeros.
- “Con todo lo que estuvo vivo y ahora está muerto”, responde como una exhalación dejando una brisa de rizos rubios.
Al grupo de Gorka le toca esta semana recoger en el comedor los restos del almuerzo: pan, pieles de frutas, verduras no consumidas, cáscaras de huevo, posos de café e infusiones. Un póster en la pared define la filosofía: “La vida no tira nada”. Con ese inesperado tesoro Ángel hace compost para que los chicos abonen los bancales, cultiven hortalizas y finalmente se las coman, cerrando así el ciclo. Las tres composteras trabajan sin descanso en la misma huerta con la panza llena de desperdicios orgánicos. Sin tecnología, enchufes o combustibles la metamorfosis tiene lugar a 70 grados casi por arte de magia. Eso sí, bajo la atención de Ángel que se encarga de añadir la basura y los restos de hojas y ramas en la proporción necesaria para que la fermentación sea correcta, así como de airearlo periódicamente para evitar la formación de metano. Sólo acercando la mano ya se nota el calor, “los niños me preguntan que cómo lo hago, y les cuento que de esa magia se encargan primero las bacterias, y después otros microorganismos e insectos que culminan la descomposición de la materia orgánica ya en frío”, relata. “Te aseguro que no sale mal olor, que es una de las preguntas que siempre me hacen”, apostilla. “También se puede conseguir compost de los restos animales pero aquí no lo hacemos porque es un proceso más complejo que requiere otras instalaciones”.
El proyecto del CEIP Luis Cernuda comenzó hace pocos meses con el apoyo decidido del equipo directivo. Además participan en él setenta familias entre usuarios de la escuela y vecinos del barrio, y un bar próximo que exhibe orgulloso en sus cristaleras el lema del compostaje. “Los vecinos depositan la basura en el contenedor de 50 litros colocado junto a la huerta. Los barrotes de la valla permiten perfectamente el paso de la bolsa biodegradable que les facilitamos”, detalla Ángel. El AMPA también suministra a todo aquel que se apunta un cubo marrón de 10 litros. Entre enero y agosto Ángel ha recogido más de ocho mil kilos de desechos, ocho veces más de lo suficiente para abastecer la huerta escolar, por lo que entrega el excedente a otro proyecto de compostaje que también se estrena este año en la capital: Madrid Agrocomposta, que cuenta con la participación del ayuntamiento. En este caso, la basura recogida en algunos mercados, colegios y huertos comunitarios es trasladada para ser compostada y aprovechada en zonas agrícolas.
Podría decirse que la experiencia de este colegio es la avanzadilla en la capital de un objetivo ambicioso, compostar in situ dentro de la ciudad y para los vecinos. Ángel explica que el Grupo de Compostaje Comunitario de Hortaleza, al que pertenece, va a ser el primero que coloque este otoño tres composteras semipúblicas en el barrio. El ayuntamiento les ha cedido el suelo y aquellos vecinos que quieran participar recibirán una llave para depositar los residuos en ellas. “No se pueden dejar abiertas porque es importante saber qué se puede echar y qué no. Por eso damos primero un pequeño taller de información”. Al cabo de unos meses, entre cuatro y seis, el compost está hecho y se puede repartir entre los que han participado, para sus tiestos y jardines comunitarios. El proyecto tiene designado un coordinador al que llaman cariñosamente Master Composter.
La idea de unirse para compostar en el barrio se la dio un pionero en la investigación del tratamiento de residuos, Alfonso del Val, quien ya hace décadas hablaba de tratar la basura como un tesoro. “Si extraemos recursos del suelo en forma de vegetación y no le devolvemos fertilidad, éste se va empobreciendo. Tres cuartas partes de nuestro país están en proceso de empobrecimiento agudo, a lo que hay que sumar la desertización. España ha descuidado este asunto”, destaca, y enumera la triple importancia de estos proyectos: “que se empiece a estudiar la materia. En Alemania llevan años impartiendo una ingeniería de residuos; que la gente participe en resolver el problema; y que se evite la incineración, pues para hacer una idea en la planta madrileña de Valdemingómez se queman cada año 500 mil toneladas de basura con las emisiones que eso conlleva”, remata del Val.
Es cierto que cada vez son más entidades locales las que anuncian mayor esmero en su recogida selectiva y la adecuación de plantas municipales de compostaje. Pero los ciudadanos ya no esperan a que sea una obligación legal. El último informe de Naciones Unidas, publicado en 2015, cifra en 2 mil millones de toneladas al año la cantidad de basura que generan las urbes a nivel mundial. De ellas la fracción orgánica oscila entre el 20 y el 40 por ciento en los países económicamente desarrollados, y entre el 50 y el 70 por ciento en aquellos con escaso poder adquisitivo. Aunque una parte de esa abrumadora cantidad de residuos es reciclada, la previsión, según el WorldWatch Institute, es que se duplique para 2025. Paradójicamente la estrategia de la Unión Europea es que sus países miembros consigan reducir sus desechos a la mitad para 2020. La revolución de las basuras está en marcha.
CREA TU PROPIO MINI-HUERTO, en Hortaleza
El Domingo 20 de Noviembre, de 12:00 a 14:00, vamos a cambiar nuestro entorno, solamente necesitamos ganas e imaginación.
Hace ya, demasiado tiempo, que las numerosas jardineras que recorren el «paseo del colesterol» se encuentran completamente abandonadas.
Desde el grupo de Compostaje Comunitario creemos en el empoderamiento de las personas y en la necesidad de que los espacios públicos, que son de todas, se conviertan en lugares de ecuentro. Nosotras, todos los vecinos y vecinas podemos transformar nuestro entorno, podemos hacerlo nuestro: aprovecharlo y cuidarlo.
Además de sembrar especies ornamentales y plantas de huerta en espacios degradados, se pretende sembrar conciencias con semillas que contienen el germen del desarrollo sostenible, la soberanía alimentaria, el derecho al uso del suelo y la forestación de el suelo infértil para que produzca comida.
Por este motivo, hemos pensado que una buena manera de empezar sería transformar las jardineras abandonadas en Mini-Huertos, en dónde los vecinos y vecinas podremos plantar hortalizas, verduras, árboles, plantas aromáticas, ornamentales,….Cada vecino o familia se encargará de dar vida a una jardinera y será responsable de su mantenimiento, para el propio consumo, con el fin de promover la reflexión acerca de cómo el uso de cualquier espacio público degradado puede regenerarse y convertirse en un mini- huerto o en un mini-jardín.
El Domingo 20 de Noviembre, os esperamos en la zona infantil (C/ Zapatoca) del «paseo del colesterol», (pasarela peatonal sobre la M-40), por dónde discurre el carril bici .
Solo necesitais ponerle ganas e imaginación, nosotras llevamos todos los materiales necesarios. Será un día para disfrutar tanto pequeños como mayores, en el que los más ancianos podrán enseñarnos a las generaciones que no tenemos mucha o ninguna idea sobre huertos, como trasplantar las verduras y hortalizas, como cuidarlas….
Además, llevaremos café y chocolate caliente para templarnos el cuerpo y reponer energías.
https://www.google.es/maps/@40.4733899,-3.6337154,17z